El estudio de una actividad con su nave industrial, de una comercial con o sin su local o de una finca rústica, requieren no solamente el análisis de las características intrínsecas del inmueble y los activos incluidos en el mismo, sino también del entorno en que se encuentran.
Ordenanzas urbanísticas, economía local y nacional, medios de comunicación, oferta y demanda del mercado, fondo de comercio de la empresa son algunos de los condicionantes que afectan el valor de una actividad empresarial.
La mayor y mejor utilización y los posibles recursos empresariales, son también aspectos que influyen en la rentabilidad potencial de un negocio y que deben ser analizados en profundidad.
El proceso de valoración se basa en tres métodos fundamentales: el Método Comparativo, el Método del Coste y el Método de la Rentabilidad.
Por el Método Comparativo del Mercado se compara la propiedad objeto de estudio con otras de similares características recientemente vendidas o que se hallan a la venta en el mercado, haciendo un análisis comparativo de los mismos teniendo en cuenta factores que puedan producir diferencias.
Por el Método del Coste se basa en la premisa de que un comprador informado no pagaría más por una propiedad que el coste de construcción de una propiedad substitutiva y con la misma utilidad que la estudiada. El punto de partida de este método es la determinación del coste de Reproducción a Nuevo o del Coste de Reposición. A partir de aquí se debe deducir una cantidad estimada por la depreciación física y por las obsolescencia funcional y económica que puedan existir.
El Método de Rentabilidad se basa en el principio de anticipación reflejado en la definición de valor como el valor presente de los derechos y beneficios futuros, inherentes a la propiedad. En síntesis, este método implica un proceso de capitalización para trasladar un flujo proyectado a valor presente.